
La Crisis de Gestión en Soacha Bajo el Alcalde Julián Sánchez Perico
En un intento por mejorar la calidad de vida en Soacha, el alcalde Julián Sánchez Perico firmó un decreto a principios de año que prohíbe el porte y consumo de sustancias psicoactivas cerca de colegios y otros entornos educativos. Sin embargo, a más de cinco meses de su promulgación, este decreto parece ser solo eso: un decreto de papel. En diversas comunas del municipio, es común ver a personas consumiendo estas sustancias, mientras que la policía parece hacer caso omiso a la situación.
Además del problema con el decreto, otro tema que preocupa a los habitantes de Soacha es la falta de iluminación en la autopista sur. A pesar de las declaraciones del alcalde, quien aseguró que el contrato para la reparación del alumbrado público ya estaba firmado y que la situación se resolvería en pocos días, la autopista sigue a oscuras, incrementando la inseguridad en la zona.
Por si fuera poco, el descontento de la comunidad se ve agravado por los cobros excesivos de Urbaser, la empresa encargada de la recolección de residuos. Los habitantes denuncian que las tarifas suben mes a mes sin ninguna diferenciación basada en las actividades de cada comuna. La comunidad exige que los cobros se realicen según el volumen de residuos generados en cada sector, pues consideran injusto el incremento desmesurado de las tarifas.
A esto se suma el reciente fracaso del centro de salud de Compartir, que había sido inaugurado con el anuncio de asistencia 24 horas, marcando un hito en la historia local. Sin embargo, la realidad es otra. Un periodista residente en Compartir sufrió un accidente casero y se llevó una desagradable sorpresa cuando le informaron en el centro de salud que ya no estaban ofreciendo servicio 24 horas y que debía ir al hospital. Según el personal, el servicio fue suspendido debido a la baja demanda, lo que plantea la pregunta: ¿Es necesario que el centro de salud esté lleno de enfermos o lesionados para que funcione? Además, cuando se retiró este servicio, no se informó adecuadamente a los medios ni a la comunidad.
La situación en Soacha ha llevado a los ciudadanos a cuestionar las promesas del alcalde, quien había prometido «arreglar la casa». Sin embargo, la realidad muestra un retroceso significativo en la calidad de vida y un aumento de la inseguridad, colocando nuevamente a Soacha en el mapa nacional por razones negativas.
La comunidad está cansada y preocupada, y exige acciones concretas y efectivas por parte de la administración municipal. Es imperativo que las autoridades tomen medidas inmediatas para cumplir con los decretos firmados, mejorar la infraestructura y asegurar un cobro justo por los servicios prestados. Soacha no puede seguir esperando.